top of page

En esta consigna, tuvimos que inventar de a dos un cuento de ciencia ficción, en base a un problema de la actualidad. En la historia ese problema teníamos que exagerarlo y debíamos crear a un protagonista que este en desacuerdo con este problema. 

El trabajo lo hice con Nicole Bejarano.

 

Perfectamente imperfecta

 

Era una mañana igual a todas. El sol brillaba y los pájaros cantaban.Desde mi punto de vista, este era un ambiente “feliz” combinado a una aburrida vida rutinaria.

Estaba en mi cuarto viendo las inmaculadas paredes blancas adornadas con dibujos de flores azules, hasta que me fijé en las revistas que mi madre había dejado sobre la mesita de luz. Las personas que figuraban allí, eran, según la sociedad “perfectas”. Siempre están sonriendo y muestran un estilo de vida en la que lo prioritario es la fama, la belleza, el dinero y el éxito. Me pregunto por qué todo debe  ser perfecto en este mundo,  si al fin y al cabo somos seres humanos. Pero esta es una duda que nadie quiso responderme. Ni siquiera mi madre.

 

-¡Aria, levantate ya!- gritó mi madre, sacándome de mi mundo.

-Ya voy- contesté seca.

-Vamos, si no se te hará tarde.

 

No le contesté. Simplemente me limité a hacerle caso y me levanté de mi cama.  

Hice un esfuerzo por arreglar mi rebelde cabello, pero mis intentos no dieron resultado, así que lo dejé suelto. Fui a la cocina a preparar mi desayuno, donde me encontré a mi madre, quien de inmediato comenzó a criticar mi cabello y mi ropa.

 

- ¡Ay por favor, arréglate ese cabello!

-Mamá déjame en paz- murmuré cansinamente.

-pero no puedes salir así, con esa ropa tan…

- ¿tan... qué?

- ordinaria y común- Exclamó con desagrado.

- A mí me gusta, yo me visto como quiero.

- Pues, parece el tipo de ropa que usaría un rebelde- dijo mirando con desaprobación mi camisa a cuadros y mis jeans rasgados.

Con “rebeldes” se refiere un grupo de gente que protestan en contra de esta sociedad y que se refugian en bosques o lugares deshabitados del país, ya que el gobierno los empezó a perseguir por no querer aceptar sus formas de vida.

Sinceramente preferiría estar viviendo con ellos que con mi estricta y refinada madre, que critica todo lo que hago. Pero solo tengo 16 años y hasta que no sea mayor de edad, debo soportar vivir en esta maldita casa.

No es que odie a mi mamá, de hecho, la quiero, pero su actitud de querer que todo sea perfecto me frustra. Este mundo me frustra y la única manera que tengo para desahogarme es escribiendo y hablando con mi mejor amigo Lucas, a quien yo lo apodé como “Luke”.

 

-¡Aria!- la voz de mi madre me hizo volver a la realidad.

-¿Qué?

- Te estaba diciendo que hoy habrá una cena muy importante a la que debemos asistir.

-¿Por qué?

-Porque nos han invitado y sería de mala educación no ir.

- No me gustan ese tipo de reunión. Son aburridas y la gente que asiste es egoísta, presumida y se cree mejor que los demás sólo por tener dinero y belleza.

- Se que no te gusta esto, pero aquí es donde vivimos y por lo tanto debemos respetar nuestra forma de vida.

-¿Por qué?

- Porque así nos educaron y así debe seguir siendo.

 

Mi madre suspiró y se acercó a la ventana, donde se quedó admirando el jardín, sumisa en sus pensamientos.

Se que esto tampoco es fácil para ella ya que sufrió mucho desde la muerte de mi papá, que sucedió antes de que este régimen conservador y perfeccionista se impusiera al poder.

En realidad hasta hace unos años atrás, este lugar era democrático y libre. Yo nunca lo pude ver ya que cuando nací ese mundo había terminado. Mi madre si vivió en esa época que yo tanto anhelo, pero a diferencia de mí, ella la desprecia. Su argumento para tal sentimiento es que la vida antes era un descontrol, todos hacían lo que querían y eso nos llevó a la decadencia, hasta que nuestro “generoso gobierno” nos salvó de esa crisis.

Yo no lo creo así, pienso que es verdad que antes cometimos errores, pero si hay que cambiar el mundo, hay que hacerlo pacíficamente, con amor y sin olvidar los valores esenciales que nos hacen seres humanos.

Lo único que quedó de esa era pasada son libros, discos y algunas películas que están secretamente guardados en la biblioteca. Nadie los utiliza porque en estos años la tecnología avanzó mucho.

En ese momento sonó el timbre, sacándome de mis pensamientos. Fui a abrir la puerta y me encontré con mi amigo Lucas, quien medía aproximadamente 1,80 de estatura por lo que tenía que alzar la mirada para poder ver sus verdes ojos.

 

-Hola Ari, ¿Como estas?

- Humm, igual que siempre.

-Me lo imaginaba.

-¿podemos salir a caminar?

- claro.

-¡Me voy!- le grité a mi madre.

Ella simplemente asintió y siguió mirando la ventana.

 

Salimos de mi casa, y empezamos a caminar en dirección a un parque que estaba cerca de aquí. Cuando llegamos, nos sentamos en el césped. Suspire cansinamente, mirando al horizonte. Sentía la mirada de Luke en mí, pero yo no me voltie a verlo. Solo me quede mirando a la nada. Hasta que por fin el habló.

 

-¿Me vas a decir el motivo de porque estas tan seria?

-Es que… ¡Estoy cansada de esto! ¡quiero irme, ser libre!

-Yo también quiero salir de aquí. Y creo que encontre una forma de hacerlo.

-¡¿QUÉ?!

- Shh, no grites. No quiero que lo sepa todo el mundo.

-Lo siento- susurre- Pero no entiendo.

-Ahora te lo mostraré.

 

Luke tocó su reloj de pulsera y de repente una moto voladora apareció frente a nuestros ojos.

 

-Sube- dijo Luke.

Al principio dudé en subir, pero luego me animé porque ¿Qué podría perder?

La moto arrancó y en un segundo ya estábamos volando por el claro cielo. Fue emocionante pasar cerca de las nubes y sentir el viento fresco en mi cara. Llegamos a una casa antigua, comparada con las casa de ahora,  ya que no tenía una puerta que se abre con un sensor de movimiento o las luces  no se prendían con solo un chasquido de dedos. Cuando entramos me di cuenta de que no era habitada por personas debido a la gran cantidad de telarañas que colgaban del techo y el polvo en los muebles viejos.

Luke se me quedó viendo como esperando a que yo diga algo.

-¿Qué es esto?- pregunté aún sorprendida.

-Esta era la casa de mi tío. Pero el murió y me la heredó en su testamento.

- Pero no entiendo qué hacemos aquí.

-Tú me dijiste que estabas cansada de esta vida y que querías ser libre. Bueno, pues aquí está la solución a nuestros problemas.

-¿En serio?

-Sí, sígueme.

Comenzamos a caminar por un pasillo hasta que llegamos a una escalera subterránea que nos condujo a una habitación. Entramos y vimos muchos artefactos tapados por sábanas blancas.Luke destapó uno de esos objetos y vi una máquina grande de forma cuadrada.Era de color plateado, tenía muchos botones de colores y una gran pantalla rectangular en el centro.

 

-es una máquina del tiempo- me dijo luke.

-¿Eh?

-Verás, mi tío fue un científico, que dedicó toda su vida a crear todo tipo de inventos que no tuvieron mucho éxito. Excepto este.

- Pero ¿para qué quieres usarla?

-Antes de morir, él dejó un testamento en un holograma en el cual explicaba que esta casa y todos sus inventos serían de mi propiedad. También dijo que con esta máquina podemos cambiar el pasado, y por lo tanto, nuestro presente.

Yo lo miré sin poder asimilar todavía del todo, lo que estaba pasando.

-Con esta  máquina podemos volver al pasado y así evitar la guerra que causó que vivamos  en esta sociedad ¿quieres acompañarme?

Sin pensarlo dos veces me dirigí hacia ese extraño artefacto que nos guiaría por la gran aventura de nuestras vidas.

bottom of page